En los últimos años ha habido un aumento de programas de televisión en los que el talento para cantar se ha convertido en motivo de competición. En la actualidad existen numerosos programas que realizan castings de voz para seleccionar a los mejores cantantes para concursar.
Semana tras semana, los cantantes actúan ante el jurado y da comienzo la competición en la que algunos de ellos van pasando a las siguientes audiciones, mientras que otros candidatos deben abandonar. Pero ¿cuál es la diferencia entre el cantante que puede acabar ganando uno de estos programas de talento y el que no? ¿Suerte? ¿Esfuerzo? ¿Formación? ¿Imagen? Está claro que un poco de todo, por eso un candidato no debe presentarse a un casting de voz confiando nada más que en su buena estrella.
El jurado de un talent show o de una audición para teatro musical valora aspectos muy variados como la afinación, la presencia escénica, la espectacularidad y la musicalidad, y tiene también muy presente el control que muestra el cantante ante situaciones desfavorables.
Un cantante no es solo su voz, sino la puesta en escena que haga de ella. Por eso, para brillar en un casting, además de confianza y una óptima gestión del pánico escénico, debes tener una buena base técnica y te ayudará también el hecho de seleccionar un repertorio a interpretar que juegue a tu favor y no en tu contra.