La relación entre música y estado de ánimo es tan evidente que sus efectos se pueden utilizar para mejorar la salud emocional y mental en cuadros clínicos de depresión, ansiedad y neurosis.
Se cuenta del poeta y músico griego Orfeo que tenía tales aptitudes para el canto y para tocar la lira que con sus melodías era capaz de aplacar a los animales más salvajes. De ahí la popular expresión de que la música amansa a las fieras, algo que, según los estudios más recientes en musicoterapia, tiene más de científico que de leyenda.
La influencia de la música está en nuestra genética
Música y estado de ánimo son dos aspectos que históricamente siempre se han asociado, aunque no ha sido hasta hace relativamente poco cuando el tema ha empezado a abordarse desde una perspectiva científica.
Los griegos tenían una gran confianza en el potencial de la música. Aseguraban que con música tranquila era posible aliviar el dolor de los enfermos y contener la ira de los violentos. Esa intuición de que existía algún tipo de conexión entre música y estado de ánimo se fue transmitiendo entre generaciones, y hasta el mismísimo Cervantes hace referencia a ella cuando en palabras de Dorotea asegura en El Quijote que “la música compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu”.
Pero lo que desde un punto de vista romántico podríamos describir como sensibilidad musical no es algo tan etéreo o ideal. Se ha demostrado que esa relación entre música y estado de ánimo está en nuestra genética y que esta es la responsable de modular las emociones en relación a los sonidos que capta del exterior.
El gen D2, uno de los receptores de la dopamina, es el que se encarga de establecer esas relaciones entre el sonido que percibe en el ambiente (no solo la música, también los ruidos) y los estados de ánimo que se generan a través de la actividad cerebral. La influencia de la música en la creación de neuroimágenes que se transforman en sensaciones junto a la información conductual de cada individuo es lo que, finalmente, determina su respuesta ante estos estímulos sonoros.
Música positiva para levantar el ánimo
Aunque todos estamos preparados para establecer esta conexión entre sonidos y sentimientos, no todos percibimos e interpretamos la música del mismo modo. Cuando escuchamos una canción es como si transitáramos por la partitura buscando de manera inconsciente la correspondencia entre cada nota y una determinada emoción.
La dopamina es un neurotransmisor que regula, entre otras cosas, actividades cerebrales como el aprendizaje, el placer, el sueño y también el humor. Como hemos comentado, el gen D2 es uno de los receptores de la dopamina, pero no es exactamente idéntico en todas las personas sino que existen variaciones. Recientes estudios realizados en las universidades de Bari (Italia) y Helsinki (Finlandia) han servido para demostrar que esta diversidad genética es la que determina que cada persona reaccione de manera diferente a un estímulo musical.
Los estudios se realizaron sometiendo a los sujetos a una resonancia magnética mientras escuchaban la misma pieza musical. El análisis de su respuesta neuronal reveló que era posible trasladar a los sujetos de un estado a otro a través de variaciones musicales, si bien no todos respondían de igual manera a esos cambios.
Desde el punto de vista de la Musicología, estas investigaciones han supuesto un avance muy importante en el desarrollo de nuevas técnicas de tratamiento más ajustadas a las necesidades de cada paciente. Si bien es cierto que la música tranquila puede inducirlos a un estado de relajación muy propicio para tratar la ansiedad o que la música positiva para levantar el ánimo resulta más efectiva que muchos fármacos, es importante adecuar esta herramienta al estado emocional previo del sujeto, conocer sus apetencias y establecer la pauta terapéutica más conveniente en cada caso.
Y a ti, ¿qué tipo de música te alegra el día?